Las calles y avenidas de la capital michoacana están siendo invadidas por brigadistas de Morena que impulsan el voto de los morelianos a favor de Carlos Torres Piña, candidato a la presidencia de Morelia por la coalición Sigamos Haciendo Historia. Sin embargo, lo que debería ser una campaña democrática y pacífica se ha visto empañada por actos de violencia y agresiones físicas, que ponen en entredicho las prácticas del equipo de Torres Piña y la integridad de su candidatura.
Recientemente, brigadistas del candidato de Morena, Carlos Torres Piña, fueron captados en video golpeando y agrediendo a integrantes de las brigadas del panista Alfonso Martínez Alcázar en el cruce de las avenidas Ventura Puente y Solidaridad. Los videos que circulan en redes sociales son impactantes: se puede observar cómo un brigadista con playera de Morena y del candidato Torres Piña se acerca a los panistas y comienza a golpear a un hombre, quien intenta defenderse retrocediendo, aunque se puede ver sangre en su rostro.
La violencia no se limitó a los miembros del partido opositor. Incluso, mujeres brigadistas de Morena recibieron golpes de su propio compañero cuando trataban de separarlo del conflicto, demostrando un nivel de descontrol y agresividad preocupante dentro del grupo de apoyo de Torres Piña. Uno de los brigadistas de Morena, claramente fuera de sí, no dudó en arremeter contra quienes intentaban calmar la situación, evidenciando un ambiente de tensión y hostilidad dentro de las filas del candidato.
Este tipo de incidentes no solo manchan la imagen de Carlos Torres Piña, sino que también plantean serias dudas sobre la capacidad de su equipo para manejar una campaña de manera pacífica y respetuosa. La agresión física y la falta de control entre sus brigadistas reflejan una alarmante carencia de disciplina y liderazgo, elementos esenciales para cualquier aspirante a un cargo público de tal envergadura.
Los ciudadanos de Morelia merecen una campaña basada en propuestas y debate constructivo, no en actos de violencia y confrontación. La agresividad mostrada por los brigadistas de Torres Piña es un indicativo de las tácticas que podrían prevalecer bajo su liderazgo, algo que debería preocupar tanto a los votantes como a los miembros de su propio partido.
La campaña de Carlos Torres Piña, en lugar de ser un ejemplo de democracia en acción, se ha convertido en un escenario de conflicto y desorden. Estos eventos violentos son una señal de alarma sobre la naturaleza de su candidatura y sobre las posibles consecuencias de su eventual liderazgo en la alcaldía de Morelia. Los ciudadanos deben considerar seriamente si quieren un líder cuyo equipo recurre a la violencia y el caos para avanzar en su campaña. La capital michoacana necesita un liderazgo firme, pero también pacífico y respetuoso, cualidades que, a la luz de estos eventos, parecen estar en duda en el caso de Torres Piña.