Michoacán atraviesa una preocupante crisis al descender seis puntos en el Índice de Competitividad Estatal, situándose peligrosamente cerca del fondo de la lista.
La competitividad de un estado se mide a través de diversos factores que incluyen el desarrollo económico, infraestructura, educación, y seguridad, entre otros. El marcado descenso de Michoacán en este índice es un indicativo alarmante de su deterioro en estos aspectos clave. La inseguridad creciente, resultado de la violencia generada por el crimen organizado, es uno de los principales factores que ha mermado la confianza de inversionistas y empresarios, impactando negativamente la economía local.
Además, el rezago en infraestructura y servicios públicos ha exacerbado la situación. Las deficientes condiciones de las carreteras, la falta de acceso a servicios básicos en zonas rurales y urbanas, y la insuficiencia en la oferta educativa y de salud, han contribuido al debilitamiento del tejido social y económico del estado. Estos problemas estructurales limitan la capacidad de Michoacán para atraer y retener talento, así como para fomentar un entorno propicio para el desarrollo empresarial y social.
La crisis en Michoacán se enmarca en un contexto más amplio de desafíos compartidos con Chiapas, Guerrero y Oaxaca. Estos estados, históricamente marginados, enfrentan una combinación de violencia, pobreza y falta de oportunidades, creando un círculo vicioso difícil de romper. La situación en Michoacán es particularmente preocupante debido a su potencial agrícola y turístico, sectores que podrían ser motores de desarrollo si se contaran con las condiciones adecuadas de seguridad y apoyo gubernamental.
Es imperativo que tanto las autoridades locales como federales tomen medidas urgentes para revertir esta tendencia negativa. Fortalecer la seguridad, invertir en infraestructura, mejorar la calidad educativa y de los servicios de salud, y fomentar un ambiente de negocios seguro y atractivo son pasos esenciales para sacar a Michoacán de la crisis en la que se encuentra. Solo mediante una estrategia integral y coordinada se podrá recuperar la competitividad y asegurar un futuro más prometedor para sus habitantes.