Al igual que limoneros, transportistas y comerciantes, gasolineros de Apatzingán, Michoacán, son víctimas de extorsión por parte de los grupos del crimen organizado que operan en este municipio de la Tierra Caliente.
Las 19 gasolinerías que operan en la cabecera municipal y sus alrededores se ven obligadas a pagar a los criminales dos pesos por cada litro que despachan y han tenido que recortar sus horarios de venta al público debido a la violencia que se ha recrudecido en la región, aseguraron empresarios del ramo consultados sobre este tema.
“Pagamos un peso a Los Templarios y otro peso a Los Viagras [por cada litro de gasolina vendido]. De lo contrario, ya conocemos las consecuencias”, confirmó una fuente que pidió reservar su identidad por motivos de seguridad.
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“Toda la gente aquí, en Apatzingán, sabe que, al igual que todos los giros, pagamos una cuota que sale de nuestros bolsillos y que le tenemos que dar semana tras semana, mes con mes, a sus contadores”, señaló.
Destacó que, sumado a ese impuesto criminal, los empleados de las gasolinerías se han visto vulnerables y en riesgo por el recrudecimiento de la violencia en Apatzingán.
Sostuvo que para no arriesgar a los trabajadores ni a las propias empresas, las gasolinerías que operaban las 24 horas decidieron cerrar de las 10:00 de la noche a 06:00 de la mañana.
El pasado fin de semana circularon en redes sociales mensajes apócrifos que anunciaban un cierre de las estaciones de servicio en respuesta a las acciones criminales, versión que fue descartada por los gasolineros.
“Nosotros sabemos que no podemos rebelarnos con esa gente, porque nos conocen a todos y luego, luego van a ir por nosotros y por nuestras familias”, expuso.
Hasta el martes 30 de abril, en Apatzingán el precio del litro de la gasolina Magna/Extra era de 25.38 pesos; el litro de Premium, 26.68 pesos, y el litro de diesel, 26.53.
Los empresarios no dieron detalles de sus montos de venta ni de lo que pagan por las extorsiones cada mes. Refirieron que por miedo a represalias no han denunciado.
Una gasolinería promedio tiene tres tanques de combustible: uno de Magna, de 80 mil litros; uno de Premium, de 60 mil, y otro más de diesel, de 60 mil.
Sólo de esos tanques la “cuota” sería de 200 mil pesos para cada grupo criminal, un total de 400 mil pesos en extorsiones.
A raíz de las versiones falsas acerca de un cierre indefinido de las gasolinerías, el pasado sábado muchos automovilistas hicieron compras de pánico y abarrotaron las estaciones de servicio durante el fin de semana.
El mismo sábado, personal de la Guardia Civil, de la Guardia Nacional y del Ejército mexicano fue desplegado para custodiar las estaciones de servicio.
Se informó que dicho operativo se mantiene en las 19 gasolinerías y sus alrededores, y permanecerá de manera indefinida.
El gobernador de Michoacán, Alfredo Ramírez Bedolla, mencionó que no existen motivos de alarma y que las gasolinerías operan con normalidad.
La presencia de fuerzas estatales y federales también fue desplegada en los accesos carreteros de la cabecera municipal, y los elementos realizan recorridos.
Este martes se informó que integrantes del cártel de Los Viagras prendieron fuego a dos vehículos en distintos puntos carreteros de la zona. El ataque sería en respuesta a los operativos de la Guardia Cilvil en la zona.
Los hechos se registraron sobre el tramo que comunica a la cabecera municipal con la localidad de La Presa de El Rosario, donde fueron quemadas las unidades.
Áreas federales de seguridad responsabilizaron de la quema de vehículos a César Sepúlveda Arellano, El Botox, lugarteniente del cártel de Los Viagras.
Fuentes consultadas indicaron que la reacción de Los Viagras fue con la intención de que las fuerzas de seguridad no avanzaran hacia la zona en donde se refugian los grupos criminales.
Las autoridades identifican a El Botox como el responsable de cobrar extorsiones por el uso de los servicios de internet y telefonía. También lo señalan de cobrar para Los Viagras la extorsión a comercios, al sector productivo y al transporte de carga.
Desde hace poco más de un año, Apatzingán se convirtió en campo de batalla entre grupos antagónicos del crimen organizado.
Ello se debe al rompimiento del bloque criminal de Cárteles Unidos, en el que Los Viagras se aliaron con otras células delictivas y le declararon la guerra a Los Caballeros Templarios. Los ataques se iniciaron en las localidades rurales del municipio y, recientemente, también se extendieron a la cabecera municipal.
A diario, habitantes reportan enfrentamientos a tiros, ataques con drones cargados de explosivos, así como personas asesinadas en las calles de Apatzingán, ciudad ubicada a 210 kilómetros de la capital del estado.
La tarde de ayer se informó que hombres armados asesinaron a tiros a dos personas afuera de un comercio. Una de las víctimas fue identificada como administrador de un grupo de WhatsApp en el que se alerta a la población sobre operativos y problemáticas del municipio.
Las extorsiones a las empresas gasolineras se revela a un año de que se dio a conocer el cobro de cuotas, por parte de grupos criminales, a toda la cadena productiva y comercial del limón, y a seis meses de que las organizaciones delictivas hicieran lo mismo con el transporte de carga y el servicio de telefonía e internet.